Incluir a unos no tiene que excluir a otros
Del "verdadero" lenguaje inclusivo, la admiración entre deportistas y los guías de atletas paralímpicos.
Lenguaje inclusivo
Desde la semana pasada está muy presente el tema del lenguaje inclusivo —una vez más—. Esta vez porque una persona no binaria pidió en su clase que se refirieran a elle como “compañere”.
Y aunque me parece interesantísimo el tema, y probablemente escriba de eso en un futuro, el enfoque esta vez se lo doy a uno de los argumentos en contra. En cada discusión sobre el lenguaje inclusivo y el uso de la e o la x como neutros, no falta el argumento de “el verdadero lenguaje inclusivo es el lenguaje de señas y el braille”. Y me permito diferir.
La lengua de señas —que es lengua y no lenguaje; estoy pensando también en hablar de esa diferencia después— sí debería ser más difundida y enseñada desde la infancia. Eso definitivamente sería más inclusivo con las personas sordas y le daría un panorama distinto al resto de las personas. Por su parte, también sería bueno que en todos los letreros estuviera la versión en braille o se pensara en una manera para que las personas ciegas tuvieran acceso a toda la información escrita.
Pero, ¿eso excluye a las personas no binarias? No creo que por querer usar lenguaje inclusivo ya no se esté tomando en cuenta a personas con otras situaciones. Lo que no me gusta de estos enfoques es que desestiman una lucha legítima y meten a otra. Y, muchas veces, ni siquiera son activos en esa lucha, sólo la usan para rechazar otras.
Pienso que todos deberíamos intentar ser inclusivos en todo lo que hacemos —por ejemplo, en esta newsletter yo puedo poner el texto alternativo en las imágenes—, pero también hay que estar conscientes de que siempre podemos darnos cuenta de algo nuevo y estamos en constante cambio y aprendizaje. Y el resto de las personas igual. Exigir a quienes luchan por algo que no luchen por eso sino por otra cosa me parece absurdo e injusto.
Rayssa y Ronaldo
Hoy vi la foto que subió Rayssa Leal—la skater olímpica que ganó plata hace unas semanas en street femenino— con Ronaldo —uno de los mejores futbolistas en la historia de Brasil— a su cuenta de Instagram.
Me dio mucha ternura la sonrisa de ella en la foto. Luego me quedé pensando en que él se ve también genuinamente contento. Y me emocionó imaginar lo que debe ser para ella, una niña de 13 años, convivir con un atleta tan importante para su país —y para el mundo, debo decir— y sentirse, además de emocionada, admirada por él.
Ambos son atletas históricos. Él ha sido una figura fundamental en la selección de futbol de Brasil y ella es la medallista más joven de este país en un deporte que este año apareció por primera vez en unos Juegos Olímpicos. Los dos, en sus respectivos deportes, han tenido un desempeño extraordinario. Y se admiran mutuamente por ello.
Y me hizo reflexionar mucho sobre lo importante que es que a los niños se les tome en cuenta y se les vea como seres pensantes que también tienen gustos y pasiones por cosas que, con suficiente apoyo, pueden desarrollar en grande. El ejemplo está en Rayssa, a quien desde chica —a los 7 años se hizo viral cuando Tony Hawk, un skater muy reconocido, compartió su video patinando vestida de hada— la acompañaron a que hiciera lo que le gustaba y gracias a eso lo fue mejorando.
Y ojalá que cada vez haya más ejemplos e infancias sanas donde los niños son tratados como niños y no como seres inferiores.
Los guías de los paralímpicos
Esta semana, Mónica Rodríguez y Kevin Aguilar, su guía, ganaron la medalla de oro en los 1500 m. Y cuando vi los highlights de la prueba —porque Marca Claro no los transmite en vivo ni tiene las pruebas completas—, me llamó mucho la atención que tanto el atleta como el guía fueran nombrados como ganadores.
Tiene sentido, porque al final ambos están corriendo lo mismo. De hecho, cuando me enteré de que la primera vez que se les premió fue en Londres 2012, me sorprendí mucho y hasta me molestó que hayan empezado hace tan poco, porque ya que me di cuenta me parece lo más lógico que se les reconozca a los dos.
Investigué qué onda con los guías de atletas paralímpicos y vi que existen muchas reglas, como que no pueden ir adelante del corredor, no pueden jalarlo ni empujarlo y nunca pueden cruzar la meta antes —eso responde mi duda de por qué en el video se ve que Kevin baja tantito la velocidad al final—.
Y el caso de él es particular, porque comenzó siendo guía de su hermano, que tiene una discapacidad visual, pero a la vez se entrenaba como triatleta —de hecho, representó en algunas competencias a México—. Según lo que leí, muchos guías son atletas de alto rendimiento que por una u otra razón dejan de competir individualmente y se dedican a guiar.
Kevin Aguilar empezó con dos caminos que parecían los más lógicos (atleta individual y guía de su hermano), pero al final fue el tercero el que lo llevó a tener un oro y un récord mundial, como guía. Por eso me dio más gusto que México se haya lo haya llevado.
Y yo qué onda
Terminé de leer Conjunto Vacío. No voy a decir que no me gustó, porque hubo cosas que disfruté, pero sentí que no terminó de cuajar. Lo que sí me gustó mucho fue la estructura. Está escrito en una forma muy distinta a lo que suelo leer, con páginas donde sólo hay un enunciado o en donde nos muestra una carta con un mensaje oculto en acróstico. Y creo que el hecho de que se complemente con dibujos de conjuntos —como los que te muestro arriba— fue lo que me mantuvo interesada. Sin embargo, creo que me hizo falta algo para conectar con el contexto y con la situación de la protagonista.
Por otro lado, esta semana no fue una buena para hablarte de series. Con The White Lotus, te fallé; no logré terminarla esta semana. Ya no diré que la próxima sí (aunque quiero), pero pronto te traeré mis opiniones. Por el momento sigo intrigada y ya me caen mal la mitad de los personajes.
Y The Americans estará en pausa en lo que encontramos dónde se puede ver, porque la quitaron de Prime y no está en ninguna otra plataforma. Pero no te preocupes, esto se va a resolver.
A falta de The Americans, empezamos a ver Todo va a estar bien, la nueva serie de Netflix producida y dirigida por Diego Luna. Creo que ya no voy a platicarte cuando empiece series o libros, sino cuando los termine. Pero pues, a falta de información, te cuento esto. Yo creo que de esa sí te traigo comentarios la próxima semana.
Y bueno, antes de seguir recomendando cosas que haya escuchado, te traigo la contraparte del podcast de la semana pasada: Durmiendo. Lo pongo casi todas las noches y me ayuda a conciliar más rápido el sueño. Dato importante: no sé cómo terminan los episodios porque nunca me he quedado despierta hasta el final.
Extritas
Esta mujer olvidadiza y confundida.
Una preciosa secuencia.
Legos explicando qué se puede hacer con los datos.
El hilo que explica el proceso para crear un billete (y no cualquier billete).
Una página para manejar en distintas ciudades y escuchar su radio.
P.D.
Lo volví a hacer. No planeé bien mi semana y heme aquí, escribiendo esto un anoche antes de que te llegue a tu correo. Sin embargo, esta vez sí pensé mejor de lo que quería escribir y lo que quería mostrarte, aunque no lo desarrollé tanto como lo hice en mi mente. Voy poco a poco.
Esta semana estuve pensando mucho en la newsletter. Me hace feliz haberme animado a empezar y que te haya gustado la primera publicación. Cuando vi cada una de las cosas de las que escribí o que mencioné esta semana, las guardé pensando en que quería compartírtelas aquí. También hice muchas notas sobre cosas de las que quiero escribir o que quiero investigar ma´s a detalle.
Así que muchas gracias por leerme y por llegar hasta este punto. Hasta la próxima semana :)
Qué importante lo que mencionas sobre los niños. El adultocentrismo es otra de las patas de las que cojeamos. ¡Gracias por escribirnos!